Cada noche, a partir de las nueve, en muchas ciudades de España, los españoles hartos y cansados del Gobierno de Pedro Sánchez, abandonan sus balcones y, cacerola en mano, bajan a la calle para pedir la dimisión de los principales dirigentes del Frente Popular. La cuna de estas protestas está en el Barrio de Salamanca, en Madrid y el movimiento Resistencia Democrática uno de los principales valedores. En este sentido, los responsables pidieron a los concentrados que cumplieran en todo momento las exigencias del Gobierno en materia de seguridad para evitar multas justificadas.
El portavoz de Podemos, Pablo Echenique, igual que Gabriel Rufián, atacó a los manifestantes y restó importancia a estas concentraciones de protesta. Primero argumentó que sólo se localizaban en una parte de Madrid, refiriéndose a las zonas donde se concentra el voto de la derecha. Pronto se dio cuenta que las mismas también bajaban hasta otros barrios como Chamberí y Chamartín. Días más tarde, en otro tweet insultante y deleznable, el portavoz podemita ataca a los manifestantes por pensar diferente a él y define el ruido de sus utensilios de cocina como "odio".
A las 20:00 suena la solidaridad, el agradecimiento, la empatía y el amor.
— ᴘᴀʙʟᴏ ᴇᴄʜᴇɴɪQᴜᴇ 🇪🇸 (@pnique) May 17, 2020
A las 21:00 suena el odio.
Las palabras de Echenique demuestran una vez más la purga a la libertad y la superioridad moral de la izquierda. Sus aplausos de las ocho son "amor" y "solidaridad". Algo que va en su contra es "odio". Resistencia - Movimiento Democrático lo volverá a hacer cada día y todo el tiempo que haga falta, pese a las amenazas de Fernando Grande Marlaska, de enviar más policía.