La canciller alemana Ángela Merkel ha demostrado una vez más que es una dirigente a la altura de Alemania y de Europa. Ha hablado sobre el coronavirus que afecta a su país y lo ha hecho de manera clave y sin mentiras. Ha afrontado la triste realidad y ha reconocido que, hasta un 70% de los alemanes podrían quedar infectados por el virus en un futuro muy cercano. La canciller alemana se remite a un informe de científicos alemanes y aunque en un primer momento se dijo que Merkel había dicho que se llegaría al 70 % la realidad es que esa cifra se daría si no se toman medidas.
En este sentido, Merkel ha recomendado no darse la mano y ha suggerido que una mirada a los ojos y una sonrisa es suficiente como saludo cordial. Todo ello contrasta con las palabras del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y sus secuaces que piden "rebajar" la tensión y no provocar "alarma social".
Es cierto que se han prohibido los actos cuya afluencia supere las 1000 personas pero esta medida se ha tomado tarde y mal. El buenismo del Gobierno socialpodemita y el miedo a críticas de las asociaciones feministas hicieron inviable la decisión de prohibir los actos del 8M, donde se concentraron centenares de miles de mujeres.