La moción de censura al Gobierno del Frente Popular fue presentada por Vox a sabiendas que el trámite no iba a salir adelante y que en la votación se producirían más 'noes' que 'síes'. Sin embargo, el partido de Santiago Abascal quiso utilizar un mecanismo plenamente legítimo y establecido en nuestra Constitución para forzar un debate en el Congreso de los Diputados que abriera los ojos a los españoles sobre la nefasta gestión política llevada a cabo por el Frente Popular.
Abascal habló muy claro y puso en su sitio a Pedro Sánchez, Inés Arrimadas, Gabriel Rufián, Pablo Echenique y, como no, a los Marqueses de Galapagar, que desde el lujo de su Marquesado se llenan la boca con mensajes a favor del movimiento obrero, criticando sin razón y de manera irresponsable todos aquellos empresarios que centran todos sus esfuerzos en dar trabajo a sus empleados.
El mensaje hacia Irene Montero y hacia su ministerio de Igualdad fue claro y tajante. Abascal se dirigió a la Marquesa pero también a todas las charos que colaboran con ella, a las que no les habrá gustado sus palabras. En este sentido, el líder del partido se refirió a la presencia de Montero en varias portadas de revistas del corazón: "El coste del Ministerio de Igualdad, con toda esa corte de asesoras, es de 180 millones de euros según los presupuestos generales de 2018. La portada de Vanity Fair más cara de la historia".