La ministra de Igualdad, Irene Montero, con motivo del Día internacional contra la violencia de género que se celebró el 25 de noviembre, rompió a llorar mientras pronunciaba un discurso de apoyo a las mujeres maltratadas por sus parejas y animaba a todas aquellas que sufren este maltrato y aún no lo han denunciado, a hacerlo. En esta ocasión, los policías y los jueces sí las iban a creer. No como cuando ella misma aseguró que los agentes preguntan a las denunciantes si llevan minifalda.
La Marquesa se puso a llorar provocando un enorme revuelo en Twitter por su actuación. Consciente de lo que tiene en casa -según los parámetros del ministerio- quizás se identificó dentro de ese cincuenta por ciento de mujeres que han padecido acoso o "violencia de género". Lloró olvidando que hace tiempo aseguró que en la política hay que ser valiente y que hay que venir "llorada de casa".
En esta ocasión, Irene Montero no estuvo a la altura de las circunstancias ni de su cargo. No vino llorada de casa, sino que se le olvidó llorar en el Marquesado y lloró durante el acto. Quizás, como han asegurado varios twitteros, la Marquesa estaba pidiendo ayuda. Quería transmitir un mensaje de ayuda a los españoles por sentirse identificada con sus palabras.
Irene Montero venía a la política llorada de casa. Insisto, llorada de casa. pic.twitter.com/WPrCDRjots
— Pedro Otamendi (@PedroOtamendi) November 25, 2020